La unión hace la
fuerza. Ha quedado demostrado con los diferentes movimientos ciudadanos
surgidos desde la inmersión de nuestra sociedad en la actual crisis, movimientos
del tipo 15M, afectados por la hipoteca, democracia real ya, etc. por lo que no
queda ninguna duda.
Estos movimiento han conseguido romper esa monotonía
política en la que se movían los partidos políticos, esa monotonía que apuntaba en una sola
dirección y que la mayoría de los ciudadanos asimilábamos a pies juntillas. Eso
se acabó y cada vez es mayor la cantidad de ciudadanos que se movilizan ante
llamamientos de diferentes plataformas sin colores ni banderas políticas ni
sindicales.
Por eso quiero hacer mención especial al asociacionismo
vecinal que desde el postfranquismo y junto al movimiento obrero ha sido
protagonista de primer orden en decisiones políticas utilizando el arma de la
presión ejercida por barrios e incluso ciudades enteras.
En estos tiempos que corren veo que es importante echar la
mirada hacia atrás y recordar los tiempos en que las asociaciones de vecinos
eran determinantes en la toma de decisiones que afectaban a sus barrios. Aquellos tiempos en que los políticos se veían obligados a tener en cuenta la
opinión de los ciudadanos por que estaban unidos y no permitían que prosperasen
iniciativas que perjudicasen sus barrios y ciudades. Hoy ese sentimiento ha
regresado a nuestras mentes, nuestros barrios y nuestras ciudades.
Es común el sentimiento de que "no nos representan" cuando
pensamos en nuestro entorno cercano. Olvidémonos de Europa, no pensemos de
forma global, os invito a particularizar la crisis en nuestro barrio, pongamos
como protagonistas a nuestros vecinos, al tendero de la calle de enfrente, a
los niños de nuestro barrio y también a nuestros mayores, no nos olvidemos de
ellos.
Ahí es cuando realmente vemos la cara de la crisis y entendemos la
importancia de la unión vecinal, la importancia de la asociación de vecinos.
Una asociación de vecinos no es solo para organizar las
fiestas del barrio, en los últimos años se han molestado mucho desde los
partidos políticos en transmitirnos esa imagen porque saben que una asociación
de vecinos numerosa y unida, que tenga claro que quiere que su barrio prospere
es un hueso duro de roer para cualquier ayuntamiento y pondrá trabas a todo lo
que no vaya en esa dirección.
Desde una asociación de vecinos organizada y con compromiso se pueden promover soluciones
reales para el paro, para las ayudas sociales, para el ocio juvenil, para el
desarrollo
Pongamos un ejemplo:
-Marta esa chica tan
maja que tiene dos críos…si mujer…la que vive en ese portal en el segundo.
-Ah, ya sé quién me dices, ¿que la pasa?
-Pues que han cerrado la empresa del marido. Llevaban en ERE
desde hace un año y al final han cerrado.
-! Qué me dices! Pues menudo panorama. ¿Y ella no trabaja
verdad?
-No, se ha dedicado a las casa y a los críos como hemos
hecho tantas de nosotras. La verdad es que no pensábamos que esto podía ponerse
así.
-Pues la verdad es que no…estoy pensando, pues donde Paco en
la frutería, creo que estaban buscando a alguien para contratar.
-Espérate, que llamo a Marta que está en casa y vamos para
allí a ver si todavía no ha cogido a nadie.
-Pues sí, que mejor que alguien del barrio que la conocemos.
Me ha quedado un poco “de barrio” pero ciertamente este
sentimiento se ha perdido y en mi opinión es necesario recuperarlo urgentemente
por varios motivos:
- Nadie se va a preocupar por nuestro barrio mejor que nosotros.
- El desarrollo del barrio es necesario para las generaciones futuras.
- El poder de un barrio unido es incalculable.
- El valor de las personas está por encima de las ideas políticas y de los datos económicos.
Un barrio con una asociación vecinal puede organizar muchas
actividades, charlas, talleres para mayores y pequeños, las fiestas del barrio,
actividades deportivas. Una actividad importante son las asambleas para mejorar el barrio, para gestionar una
bolsa de empleo para poner en contacto a los parados y los comerciantes del
barrio, para mantener un ámbito de convivencia lejos de las banderas y de los
colores de partidos políticos.
El asociacionismo vecinal es la forma de tomar posición en las decisiones que afectan a nuestro barrio, a nuestras familias y a nuestro futuro en todos sus ambitos.
Salvando las distancias en muchas cosas se ha evolucionado pero en otras existe cierto parecido con la situación actual.
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