Hoy no voy a realizar un artículo del tipo que acostumbro,
normalmente crítico hacia las cosas mal hechas, al menos desde mi puntos
de vista. Hoy va a ser al contrario, un artículo que deseo ayude a
abrir algunas miras hacia afuera de nuestro país. No porque no tengamos
suficientes problemas e injusticias en el nuestro, sino porque no deja
de ser importante.
Debemos hacerlo por calidad humana,
debemos hacerlo por nuestros descencientes y sobretodo por nosotros
mismos. Porque es muy fácil quejarse de todo y de todos pero no hacer
nada al respecto pero también muy triste no implicarse en nada en esta
vida. La felicidad es un bien demasiado preciado para no ir en su busca y
eso tristemente se nos olvida con esta condenada crisis.
¿Sabeis
una cosa? A veces, miro al infinito, dejo que mi mirada se pierda y
que mis pensamientos vuelen durante unos minutos, entonces es cuando
recuerdo momentos tristes y felices. Cuando retorna mi mirada y regreso
al mundo cruel, pienso fríamente y de forma autocrítica ¿soy feliz?
afortunadamente unas veces me contesto a mí mismo que sí pero otras no
lo considero así y entonces analizo porqué. En la mayoría de las veces
que mi respuesta es que no soy feliz, llego a una conclusión: hace un
instante no lo era, ahora sí lo soy por saberlo. Quiero decir que si lo
sabes puedes hacer cosas para que eso cambie y eso tiene un valor
infinito porque podemos ser mejores o peores pero lo que nos hace
felices es hacer felices a otras personas con nuestro esfuerzo, con
nuestra convicción.
Yo sé que esto que voy a decir es
dificil de entender pero no me lo puedo callar, personalmente una parte
de mí dá gracias a esta crisis porque nos está recordando valores que
habíamos dejado de lado. Porque hemos recordado que las personas somos
más importantes que un cochazo o una mansión. Porque al contrario de lo
que nos han hecho creer los mercados y sus marionetas llamados políticos
nos hemos dado cuenta que podemos hacer las cosas como queremos que
sean, que no tiene que haber un primer mundo ni un tercero y eso tenemos
que realizarlo entretodos, empezando por nuestra casa pero sin
olvidarnos de los menos favorecidos que a ellos les dan igual las
banderas y las fronteras, el hambre se pasa igual de mal en un país que
en otro.
Por
eso admiro a gente que como Arkaitz Herrero se embarcan en aventuras
como la suya a miles de kilometros de su casa, de su familia, de su
tierra para ayudar, para dar esperanza y para crecer como persona. Este
portugalujo ingeniero de profesión se ha embarcado en un proyecto para
instalar bombas de mecate de facil funcionamiento, baratas y sobretodo
de fácil reparación podeis ver su funcionamiento aquí, en Guinea Bissau.
Personalmente
me he vuelto reacio a todo tipo de organizaciones humanitarias, principalmente porque en mucho casos creo que centran sus
esfuerzos en el día a día, que lógicamente es importante, pero se
olvidan de invertir en el futuro esto lo digo de forma general. Desde mi punto de vista hay que evitar que hoy
coman y mañana se mueran de hambre. Soy consciente de que es muy facil
hablar delante de un ordenador pero no dirijo esta palabras a a las
personas que se implican y pelean en el día a día, me refiero a los que
reparten el dinero que normalmente están delante de un ordenador. Por
eso cuando veo una persona que se arranca con una iniciativa de este
calado sin formar parte de ninguna ong, recaudando dinero con la única
confianza que dan su persona y sus hechos se me hace un nudo en la
garganta y pienso "TOMA YA!! CON UN PAR!!
No os corteis
en colaborar o en difundir incluso en dudar de él, todo contribuirá a
que evolucione su proyecto y su persona. Podeis seguir sus progresos,
ver los datos bancarios para hacer aportaciones económicas o para
mandarle mensajes de ánimo en su blog tubabo bat afrikan