martes, 30 de abril de 2013

Tiempos de cambio, dicen...



Informativos, periódicos y emisoras de radio no paran de comentar día y noche noticias que nos indican que las cosas están cambiando, a todos los niveles, político, económico y social.

Esto es un hecho indiscutible, ¿pero qué queremos que cambie?

Es lo que yo me pregunto, ¿la clase política? ¿El sistema financiero? ¿La sociedad? ¿Todo? Son tantas las preguntas y muchas más las respuestas que parece un laberinto de difícil salida. Según a quién preguntes dará más énfasis a unas cosas que a otras pero prácticamente en su totalidad coincidirán en afirmar que "la cosa está muy mal". Y es cierto, porque nunca antes esta sociedad, tal y como la conocemos, la ha pasado tan canutas como ahora.

Pero tan cierto como eso es que no sabemos que es lo que queremos que cambie y sin saberlo es muy difícil encontrar una solución. Eso debe cambiar, debemos centrarnos en el problema y solucionarlo, y ¿cuál es?

Desde luego no es ninguno de los que los tertulianos partidistas y sectarios que vemos en los medios de información a diario se esfuerzan en que creamos. Muchas personas creemos que el problema es la sociedad tal y como la concebimos. Los valores de competitividad, de individualidad y de responsabilidad que se nos inculcan desde la infancia no son los valores que una sociedad sana debe fomentar. Nuestra sociedad está enferma porque nos ha infectado el consumismo, el egoísmo, la opulencia, en definitiva lo material está por encima de todo.

Obviamente no todo está perdido, mientras hay vida hay esperanza. Mucha gente ha razonado por sí misma y ha decidido que esto tiene que cambiar, que hay que recuperar los valores que nos hacen mejores personas y eso hará que nuestra sociedad sane y mejore.

Para que nuestro sistema político y financiero cambie debemos obligarlo nosotros. El sistema por sí mismo no va a cambiar, porque es como un adicto que necesita su droga, está enfermo y nosotros somos los médicos que tenemos que sanarlo.

Debemos implicarnos en el día a día, valorando los actos individuales, siendo constantes, responsabilizándonos de ellos y actuando con humanidad y sensatez. Por lo tanto es necesario que controlemos nuestro egoísmo y nuestro consumismo para que los excesos desaparezcan.

Para conseguir que cambie nuestro sistema político y financiero debemos administrarles su droga

EL DINERO.

Foto: rodolfoschmidt.com  (flickr con licencia Creative Commons)

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