lunes, 7 de enero de 2013

Desidia, mala consejera.



Hemos comenzado el año con una desgracia, la muerte de un pequeño de 6 años durante el transcurso de la cabalgata de los Reyes Magos en Málaga. Un suceso que nos entristece a tod@s, más si cabe cuando ha sucedido en un día tan ilusionante para los niñ@s.


                                                                   Foto de 20minutos.es

Deseo en primer lugar enviar mis condolencias a los familiares y amig@s del pequeño por esta gran y terrible pérdida. Un fuerte abrazo para tod@s ell@s.

Este suceso ha trasladado a la opinión política y a los medios de comunicación una serie de debates sobre la seguridad de las cabalgatas. Estoy seguro que mucho antes de que ocurriese esta desgracia en todas las cabalgatas mucha gente ha pensado “no hay más desgracias porque Dios no quiere” y he de decir que lo raro es que no haya pasado antes. También me ha hecho pensar que al igual que en el Madrid Arena no se toman las medidas de seguridad necesarias por la desidia de los responsables.

Volviendo al tema de la cabalgata, ¿quién no ha visto al abuelo de turno tirándose a por los caramelos como alma que lleva el diablo, metiéndose prácticamente debajo de la carroza?

Muchos de los que ahora somos padres nóveles lo hemos visto en muchas ocasiones, no es la actitud general pero siempre existe la excepción andante que algunos niños ven y desafortunadamente imitan (Tan niños son unos con 6 años como otros con 65). Con esto quiero decir que el problema no es el lanzamiento de caramelos o la ausencia de vallas de seguridad durante el recorrido, el verdadero problema es la actitud de los que deben dar ejemplo tanto no haciendo locuras como respetando y acatando la autoridad de los voluntari@s que acompañan durante el recorrido a las carrozas. Mientras esperamos a que ese cambio de comportamiento  de sus frutos, y llevamos 30 años sembrando, hay que tomar medidas. 

Flotan en el aire ideas como:

No lanzar caramelos. No soy muy amigo de esta opción seguramente porque me he criado con esa costumbre y me parece una tradición bonita y emocionante para los niños (aunque sean los que menos cojan). Si se me permite realizo una sugerencia a los padres y abuelos que acompañan a los niños: comprad una bolsa de caramelos en una tienda por 1€ o poco más y echarlos en vuestros bolsillos, después durante la cabalgata con picardía los arrojáis a los pies de vuestros niños cuando lanzan los reyes y los pajes.  Seguro que les hacéis muy felices y nadie corre peligro.

Poner vallas de seguridad. Me parece lo ideal, pero claro no todos los municipios tienen presupuesto para vallar el recorrido (y retirarlas) por lo que creo que se deben contemplar más opciones para evitar que desaparezcan eventos lúdico-festivos en muchos municipios puesto que esto también afectaría a los desfiles de carnaval en muchas localidades. Con permiso me gustaría realizar una propuesta que se me ha ocurrido gracias a la cantidad de películas americanas que daban en la tele cuando yo era joven. No es más que exigir que las carrozas vayan carrozadas hasta el suelo todo alrededor de forma que nadie se pueda meter debajo. Esta propuesta creo que cumple con la regla de la 3 B (bueno, bonito y barato).

En fin espero haber aportado un pequeño grano de arena y os anímo a que si se os ocurre alguna medida más la comentéis, quien sabe lo mismo alguno de los que toma estas decisiones lo lee y lo lleva a la práctica.

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